El crucero mas denso de la ciudad de México
Toda una experiencia el poder cruzar las calles de Lázaro Cárdenas y Madero en el centro de la ciudad de México
Un poco de datos
Uno de los cruceros más intensos de América Latina. Aquí se encuentran la Avenida Juárez (Benito, padre del México moderno) con el Eje Central Lázaro Cárdenas (el presidente que expropió el petróleo) con la calle peatonal Madero (el primer presidente revolucionario asesinado por otros revolucionarios). Es la bisagra entre la zona nueva y el Centro Histórico de la capital. En este punto confluyen: los de la capital, los turistas, los coches, las motos, los camiones, las bicicletas, los triciclos de carga de los comerciantes, los velotaxis a pedales y, por qué no, los coches de policía no identificados que circulan con hombría en dirección contraria. “Pasan a contraflujo…”. Aproximadamente pasan entre 9.000 peatones y 1.200 vehículos por hora.
Nuestra Experiencia
Tuvimos la oportunidad de estar un sábado por la noche en este crucero, donde se siente la adrenalina en espera del semáforo que se ponga en verde para poder avanzar. Cientos de personas del otro lado de la calle en filas una detrás de la otra ansiosas por cruzar. El bullicio de la gente, el ruido de los carros, autobuses, motos, vendedores ambulantes hace que el ambiente parezca tenso.
Me recuerda a esa escenas de películas de las primeras guerras donde ambos bandos formaban filas e iban avanzando poco a poco preparando sus armas para hacer su ataque. El colorido lo ponen algunos que se ponen hasta adelante motivando a la gente que alce los brazos, que grite, que haga ruido para hacer sentir quien es el que va a lograr pasar.
Siendo nuestra primera vez surgen sonrisas nerviosas creyendo que todo es más de algo que se ha hecho popular el tratar de ganarle al bando contrario para pasar del otro lado, conquistar la otra acera.
El semáforo se pone en verde, los de adelante corren encontrándose en el centro de la cuadra, pareciera que van a colapsar pero en un ágil movimiento siguen derecho, cada uno encuentra su lugar, se van abriendo y encontrando cualquier rendija para incluso no tocar a ninguno de los "contrarios". El ambiente se calma, se libera la tensión, hemos podido cruzar, llegar y conquistar este bando contrario donde los otros pretendían defender.
Al final llegas y volteas como queriendo entender lo que ha pasado, esa lucha ganada que sólo fue más que cruzar una calle como cualquier otra. A seguir caminando!...