La sustitución tecnológica empezó, hace ya décadas, a destruir el tejido laboral, aunque también proporcionó otros tipos de empleos. La actual era digital aún está suprimiendo más rápidamente los puestos laborales. Los trabajos que sobreviven, de hecho, incrementan las desigualdades sociales: o son trabajos con mucho valor añadido muy bien remunerados, o son trabajos muy simples muy mal pagados.
Los beneficios combinados de todos los comercios, cadenas de restaurantes y supermercados de la lista Fortune 500 son menores que los beneficios de Apple por sí sola, pero en Apple trabajan 76.000 personas y en los comercios, supermercados y cadenas de restaurantes trabajan 5,6 millones de personas.
La falta de trabajo de la clase media, ante esa perspectiva, es un hecho, gracias, también, a fuerzas como la globalización. ¿Qué hacer en entonces? La evidencia parece sugerir que los mejores nuevos trabajos no proceden de las grandes empresas o de negocios lentos y pesados, sino de nuevas compañías que crecen rápidamente, tal y como explica Eric Schmidt en su libro Futuro digital: