Día del Perdón (Yom Kippur)
Yom Kippur empieza este martes con la puesta del sol y dura hasta el anochecer del miércoles; es el día más sagrado del judaísmo. Es un período para reflexionar sobre los pecados y transgresiones del año pasado y se pide perdón.
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Para la comunidad hebrea, el período de revisión de la conducta y penitencia que comenzó en Rosh Hashaná -el Año Nuevo judío-, culmina con Yom Kippur o Día del Perdón o del arrepentimiento. Es es el momento más sagrado para quienes profesan esta fe.
Este año, la celebración de Yom Kipur (o Iom Kipur) comenzará el martes 8 de octubre, con la aparición de la primera estrella, y culminará al anochecer del día siguiente.
"Es el día más importante del año para nosotros, cuando hacemos cinco rezos", explica Shneor Mizrahi, rabino de Jabab Boca y Barracas, "Es una jornada donde se llega a la esencia de uno porque es el instante que creó Dios para el encuentro con nosotros. Luego de los diez días de arrepentimiento y reflexión, que comienzan en Rosh Hashaná, el Día del Perdón es nuestro momento para despertar y retornar a Dios", afirma.
Mizrahi explica cuál es el sentido del arrepentimiento y la festividad: "Tiene que ver con la idea de retorno, volver a la esencia de uno. Cuando uno pecó, se alejó, pero en determinado momento existe la necesidad de retornar al Padre y ese encuentro es una festividad, pura alegría".
Durante casi 26 horas desde el ocaso del martes hasta el ocaso del miércoles, los judíos se abstienen de comer y beber como un medio de privación y compasión.
A diferencia del resto de los días del año, en Yom Kippur se recitan cinco plegarias: una al comenzar la jornada (Kol Nidrei, que pide el borrado de todas las promesas incumplidas y debe ser recitada antes de la puesta de sol), dos por la mañana (Shajarit y Musaf) y otras antes del anochecer (Minja y Neilá). En cada una de ellas se recita el Vidui (confesión) y se le implora al Creador que absuelva a los pecadores de sus errores e incumplimientos.
La fiesta está relacionada con la historia de Moisés y el Éxodo de Egipto, el período en que Dios liberó a los judíos de la esclavitud. Después de que Dios liberó al pueblo judío, estos adoraron a un becerro de oro. Moisés, que estaba en el Monte Sinaí para aprender las leyes de Dios, conocidas como los Diez Mandamientos, regresó con las tablas en las que estaban tallados. Cuando Moisés vio el becerro de oro, se enfureció y quemó el ídolo al que recurrió su pueblo en su ausencia. Luego regresó a la cima de la montaña para pedirle perdón a Dios.
Moisés recibió ese perdón el décimo día de Tishrei, el séptimo mes del calendario judío, y descendió de la montaña. Desde entonces, el décimo día de Tishrei se conoce como Yom Kipur.
Día de ayuno y oración
De acuerdo con las normas judías, es una jornada en la que debe observarse el ayuno y practicarse la oración.
Sin embargo, hay una preparación para la víspera. "La misma Torá ordena comer doble. Este año, por ejemplo, el almuerzo del martes será doble", observa Mizrahi.
Con respeto al sentido del ayuno, Mario Eduardo Cohen presidente del CIDICSEF (Centro de Investigación y Difusión de la Cultura Sefardí), sostiene: "no implica pasividad, sino, por el contrario, actividad. De acuerdo con el texto de Isaías, que se lee durante el rezo en la sinagoga, el ayuno debe tener un significado de activa solidaridad con los necesitados, los desvalidos y los desposeídos."
Y Cohen detalla: "Existen tres tipos de comportamiento particularmente valorados en las costumbres de estas fechas. Uno es un replanteo frente al propio ser humano: teshuvá, o retorno a lo más puro de uno mismo; otro, frente al Creador: tefilá, o plegaria, y un tercero frente a nuestros semejantes, tzedaká, o caridad en sentido amplio de reparar las situaciones injustas."