Diferencias entre ser productivos y estar ocupados
Vivimos en una sociedad que sobrevalora el estar ocupados. Se cree que una persona entre más ocupada esté más exitosa es, ¿pero es realmente así?
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Entre varias publicaciones en este tema, me llamo la atención lo que encontre en el Blog de Jürgen Klaric, quien es considerado entre los 10 mercadólogos más influyentes en el mundo, autor del Best Seller ESTAMOS CIEGOS, VENDELE A LA MENTE NO A LA GENTE y da conferencias de Neurociencias aplicadas a Ventas, Marketing y Educación.
Te comparto aqui esto que me pareció muy importante e interesante, nada del otro mundo para poder aplicar.
Más que el número de horas que invertimos en una actividad, lo que marca la diferencia son los resultados que se logran en ese tiempo. Es allí donde la productividad cobra protagonismo.
Para ilustrar mucho mejor la diferencia entre el estar ocupados y ser productivos, acá les dejo unos principios que sí o sí replantearán la forma en la que inviertes tu tiempo y energía:
El principio de Pareto
El prestigioso economista y sociólogo Wilfredo Pareto (1848-1923) italiano de familia aristocrata, planteó que hay un flujo desigual de entradas y salidas en una proporción de 20/80.
Pareto observó que el 20% de los italianos poseían el 80% de la riqueza, proporción que ha acabado siendo ‘mágica’ al haberse observado en muchos otras situaciones:
- En los trabajos administrativos, el 20% de los empleados suele hacer el 80% del trabajo
- En el área de las ventas, el 20% de los clientes suele generar el 80% de los ingresos
- En líneas generales, el 20% de los recursos suele generar el 80% de los resultados
Notó que el 20 % de las familias italianas poseían el 80 % de todo el dinero del país. Fascinando por eso, comenzó a aplicar la regla 20/80 a todo lo que le rodeaba. Resultó que el 20 % de semillas dieron el 80 % de toda la cosecha en su jardín. Cuanto más lejos, mejor. Parecía que este patrón podría aplicarse a cualquier circunstancia y en cualquier caso.
El Principio de Pareto se ha trasladado al arte de gestionar el tiempo convirtiéndose, junto con las leyes de Murphy, Drucker y Parkinson, en una de sus cuatro máximas.
Es decir, en promedio, todo a lo que se invierte un 20 % de recursos y esfuerzos (entradas) da un 80 % de resultados (salidas). ¿Cuáles actividades estás realizando hoy que al invertirle un 20 % te producen un 80 % de bienestar económico y emocional?, ¿cuáles te producen un 80 % de insatisfacción? Elige bien en qué inviertes tu tiempo, controla tus ‘sí’ y quédate con aquellas que generen mayores dividendos para ti en el menor tiempo.
Aquí es donde necesitarás ser fuerte y tener una voluntad de hierro. Las dos cosas más importantes suelen ser las más difíciles y las más complejas. Así es como funciona el cerebro humano: nos gusta posponer lo que es importante y hacer cosas pequeñas en lugar de invertir nuestro esfuerzo y energía en las actividades que realmente son necesarias.
HORA DE HACER UN ALTO...
Steve Jobs también conocía el Principio de Pareto. De hecho, incluso salvo a su compañia de la bancarrota gracias a él. Parece que este consejo es tan antiguo como el tiempo, pero realmente es cierto que menos es más. Significa que si tienes problemas para administrar tu negocio, es hora de dejar de perseguir las cientos de innovaciones que aparecen todos los días y centrarse en algunas cosas que tu empresa puede hacer mejor.
* Si eres un gerente, es muy recomendable que averigües qué empleados producen el 80 % de los resultados y que centres tu tiempo limitado en administrarlos.
* Probablemente tengas tu armario lleno de cosas que nunca vas a usar. Haz una lista de lo que usas, al menos, una vez al mes, y deshazte del resto de objetos.
* Si echas de menos a tu mejor amigo y te rodeas de muchas personas diferentes, probablemente notarás que el 80 % aporta solo el 20 % de la alegría que sientes cuando estás con un ser querido.
¿Entonces, qué 20 % de tu trabajo resulta en 80% de tus resultados? ¿Qué estarías dispuesto a dejar en tu vida en este momento para poder hacer cosas más importantes con ese tiempo?
Más que trabajar duro, trabaja con inteligencia
Seguramente has escuchado a alguien decir algo como “tal persona trabaja muy duro” y si bien es cierto que ser dedicado y comprometido en el trabajo es una buena cualidad no lo es todo. Se requiere antes que cualquier cosa, hacerlo con inteligencia. Invertir los esfuerzos en actividades que realmente generen resultados y optimizar los procesos. Si existen herramientas para agilizar los resultados, úsalas.
Cuidado con las horas extras
Atrás quedaron los días donde las empresas valoraban la cantidad de horas que pasaba un empleado en las oficinas, eso no solo genera un desperdicio de recursos, a largo plazo retrasa la consolidación de objetivos. Un informe realizado por The Business Roundtable afirma que “trabajar horas extras tiene consecuencias en la construcción de proyectos”. Con relación a esto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sugiere que los países que trabajan menos horas son más productivos. “Holanda y Alemania encabezan el ranking de menos horas trabajadas y triplican la productividad en comparación a otros países de la región”.
Atrévete a descansar
No es cuestión de holgazanear, sino de llevar una vida saludable y equilibrada. Saturarte de trabajo hasta el punto de sacrificar horas de sueño, lejos de hacerte productivo, retardará la consecución de tus objetivos. Un investigación dirigida por el ejército estadounidense afirma que perder una hora de sueño por noche durante una semana causa un nivel de degradación cognitiva equivalente a un nivel de alcohol en sangre de 10 miligramos.
No seas el hombre orquesta
Si bien es cierto que al principio de todo emprendimiento uno tiene que hacer muchas tareas a la vez, lo ideal es que a medida que esta vaya dando resultados se invierta en ampliar el equipo. Un dueño o gerente que hace de contador, relacionista público, vendedor, social media manager y diseñador no solo terminará agotado también inmensamente improductivo.
Conclusión: ser productivo es un asunto más de cómo inviertes tu energía y tiempo,
que la cantidad de tareas y horas que pasas trabajando.
De nada sirve una agenda atiborrada de actividades que no te acerquen a tu objetivo.