México es un país lleno de tradiciones milenarias que se conservan a través del tiempo para que lleguen a las nuevas generaciones.  Es el caso de la cultura de los indígenas Wixarikas conocidos como Huicholes, asentados en el oeste central de México en la Sierra Madre Occidental que abarca los estados de Jalisco, Durango, Zacatecas y Nayarit. Por ellos se conoce hoy el significado del Ojo de Dios.

Siendo una de las más hermosas tradiciones de los wixaritari, el Ojo de Dios Huichol, también conocido como tzicurri, es un ejemplo vivo de esa interacción divina.

El tzicurri es una artesanía realizada con hilos de colores tejidos sobre una base de madera en forma de cruz, conformando cinco rombos de múltiple colorido. Asimismo, constituye un medio de protección, usado tanto cuando un niño nace, a modo de inspiración por el surgimiento de una vida, como un elemento de los rituales para poder comprender el mundo no terrenal.

El Ojo de Dios es una cruz de madera cubierta por un tejido de hilos de colores. El entramado crea un rombo que representa cinco puntos cardinales: Norte, Sur, Este, Oeste y el Centro. Este último es el punto donde todo comienza.

Según la leyenda wixáricaTamatzi Kauyumari, unos de los dioses que creó el mundo, a través de un ojo pudo ver lo que había dentro y encima de la tierra, precisamente, desde este punto de vista mitológico de la cultura huichol, también, representa un símbolo de conexión con la creación.

El Ojo de Dios es una herramienta ritual que se cree que protege a aquellos que oran, un objeto mágico y un antiguo símbolo cultural que evoca el motivo de tejido y sus asociaciones espirituales para los indios huicholes y tepehuanes del oeste de México. Los huicholes llaman a sus ojos de Dios  Tzicurri o Sikuli , que significa "el poder de ver y entender las cosas desconocidas". Cuando nace un niño, el ojo central es tejido por el padre, luego se agrega un ojo por cada año de vida del niño hasta que el niño cumple los 5 años.

En las comunidades Huicholes tradicionales, se guardan con gran respeto los  símbolos que generan el conocimiento, patrimonio recibido de sus ancestros quienes tuvieron visiones durante las ceremonias o rituales, allí les fue otorgada la guía de los dioses que aparecieron antes que ellos en muchas formas.

La intensidad de estas visiones era tan abrumadora que el nativo no podía ver.  Para mostrar a otros la visión, se convirtió el Ojo de Dios en un símbolo tejido en palos con hilo de manos, en colores diversos obtenidos de bayas y flores.

Aquí hace su aparición el nierika siendo un artefacto ritual importante con varios significados, es considerado como una visión metafísica, el aspecto de un dios o un antepasado colectivo, es decir que el término lo utilizan para referirse a una deidad. Entonces un nierika significa un cuadro, una apariencia o una representación sagrada. Lo definen como la convergencia de energía y creencias que prolonga la sabiduría de los antepasados utilizando lo físico para concentrar esta transcendencia. Es la conexión entre el pasado y el presente.

Año a año los padres tejen una vuelta más en el ojo de Dios y al cumplir el niño cinco años tiran al mar como ofrenda a los Dioses por haber protegido al niño de alimañas como los alacranes.

¿QUE REPRESENTA?

La meditación, la oración profunda y prolongada son los elementos apropiados para tejer y construir como un compromiso este valioso objeto.  Durante mucho tiempo los más jóvenes de las montañas de Nuevo México han hecho Ojo de Dios en círculos de aprendizaje, recibiendo la sabiduría de parte de sus mayores.

Tal es la fe de este símbolo que durante la época colonial española en Nuevo México, se colocaban en los lugares de trabajo y cuando tenían que viajar, se consideraba un compañero que bendecía el camino.

Este símbolo posee cuatro puntos que representan los procesos elementales de tierra, fuego, aire y agua.

Se cree que servía para dar protección a un niño y a su mamá antes, durante y después del parto.

Tradicionalmente se entrega  como regalo a los niños recién nacidos, de tal manera que siempre estarán protegidos. También se obsequia cuando el niño tiene alguna enfermedad o problema, como una forma de pedir ayuda al mundo espiritual.

Para la selección de los colores del Ojo de Dios Huichol, se toma en cuenta su importancia dentro la vida espiritual wixárica, de esta manera, usualmente se escogen los tonos que representan a los cinco puntos cardinales, o a los elementos de la naturaleza, así tenemos:

Negro, haciendo referencia al océano Pacífico y a la diosa Tatei Aramara o nuestra madre del mar, sugiere la vida.

Azul, simbolizando al dios Rapawiyene y a la laguna sagrada de Chapala, se refiere al color de la lluvia y el agua.

Blanco, aunque está asociado con las nubes y el aire, también se le vincula a la muerte.

Rojo, manifestando al peyote y a la zona de Parierekua, alude a los atributos de la vida y de los dioses.

Violeta, denota a la existencia terrenal de los huicholes.

El Ojo de Dios Huichol refleja la espiritualidad y la unión entre el hombre, la naturaleza y las energías que rodean a ambos, como un símbolo sacro de los guardianes del hikuri, los cuales transmiten protección y conocimientos, en consonancia con el equilibrio universal.

Como interpretación en sentido ceremonial el Ojo de Dios se utiliza como ofrenda a los dioses. En pueblos originarios que han mantenido las tradiciones después de la llegada de los conquistadores como los Wixarika o Huicholes son realizados estos ojos de Dios también los utilizan los niños y las niñas en la cabeza para que puedan ser identificados  de manera personal en la Fiesta del Tambor dedicada a los dioses.

El ojo de dios es un amuleto y símbolo de poder y protección. Forma parte del mundo espiritual de la cultura wixárika y es el medio por el cual el dios Kauyumari (el venado azul) ve y comprende los misterios del mundo.

En la actualidad los artesanos indígenas tejen versiones complicadas o variadas del tradicional Ojo de Dios.

Se considera un objeto religioso y también como arte fácil para enseñar a los niños la profundidad de su significado. La fabricación se puede encontrar en diferentes formas:

Una pequeña ronda o cuadrado es una tableta con un agujero al centro, recubierta con cera de abejas y resina de pino. Allí se prensa el hilo de colores. Puede verse como una estera para oración.

Una pequeña tabla rectangular o cuadrada, tejida con hilos de colores sobre una rejilla de palos de bambú, también con un agujero en el centro que viene siendo el portal mágico a través del cual se perciben la humanidad y la deidad.

Una cruz formada por un conjunto de cinco rombos a base de cruces de madera tejidos con vistosos y múltiples colores. Los tejidos están conectados por dos palos perpendiculares que son el apoyo para el primer ojo cuando se está elaborando. Se cuelga en la pared y se usa en ceremonias y oraciones.

Aqui te comparto una imagen de como empezar a hacer uno sencillo con solo 2 palos o varas de madera con estambre de colores,...

Y te dejo también la liga para que veas como hacer uno OJO DE DIOS o ahora también llamados Mandalas Mexicanos mas elaborados que puedes tener hasta como decoración en casa.

Espero que te guste, que te relajes, que lo disfrutes y conserves esta tradición mexicana.