Los estudios científicos de los últimos años no cesan de asociar la mala alimentación con la incidencia de diversos trastornos, especialmente los de tipo crónico como las enfermedades del corazón, la diabetes tipo 2, la obesidad o el cáncer.
El 16 de octubre de 1945, 42 países se reunieron en Quebec, Canadá, para crear la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Su objetivo era liberar a la humanidad del hambre y la malnutrición, y gestionar de forma eficaz el sistema alimentario mundial.
La FAO celebra cada año el Día Mundial de la Alimentación el 16 de octubre, al conmemorar la fundación de la Organización en 1945. Se organizan eventos en más de 150 países de todo el mundo, haciendo que sea uno de los jornadas más celebrados del calendario de la ONU. Estos eventos promueven la concienciación y la acción en todo el mundo a favor de aquellos que padecen hambre y para recordar la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y dietas nutritivas para todos.
La importancia de la alimentación saludable
El principal factor exógeno que contribuye al normal crecimiento y desarrollo del niño es la alimentación. Por ello, cobra importancia el ofrecer al niño una dieta equilibrada y variada que contenga todos los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo.
A lo largo de los años, la relación nutrición-salud se ha ido consolidando hasta confirmar que los estilos de vida y los hábitos alimentarios son capaces de prevenir y mejorar la situación clínica de algunas enfermedades como cardiopatía isquémica, hipercolesterolemia, diabetes, cáncer, obesidad, etc.
Estas enfermedades, que suelen instaurarse en la edad adulta, se puede decir que se desarrollan a edades más tempranas. Debido a esto, se recomienda, desde la primera infancia, educar en hábitos alimentarios saludables para que dichos hábitos se consoliden en la adolescencia y se mantengan en la edad adulta.
¿Qué es una alimentación saludable?
Una alimentación saludable es aquella que satisface las necesidades nutricionales y fisiológicas del niño con el fin de asegurar un correcto crecimiento y desarrollo. Debe ser equilibrada, adecuada según los requerimientos y sensorialmente satisfactoria.
Para todos los niños, la primera infancia es determinante en el aprendizaje de hábitos saludables y en la implantación de pautas alimentarias correctas, que serán decisivas a lo largo de la vida.
En el caso de dietas especiales hay tres objetivos esenciales que contribuirán a una mejora en la adhesión de la dieta y a un buen control metabólico:
- Enseñar y potenciar alimentos imprescindibles para el normal crecimiento del niño.
- Apreciar las diferencias alimentarias.
- Aprender el manejo de la dieta especial, van a ser los objetivos
Los padres tienen la responsabilidad de adecuar la mesa familiar para que el niño/a aprenda a disfrutar de los alimentos permitidos diariamente, ofreciendo variedad, diferentes preparaciones culinarias, etc. que contribuirán a la aceptación de la dieta especial.
Consejos y recomendaciones específicas para niños y adolescentes
- Los niños imitan las costumbres de las costumbres de las familias, así que hay que enseñar hábitos alimentarios saludables, y practicar con el ejemplo.
- Es recomendable realizar 5 – 6 comidas al día.
- ¡Desayunar es importante! El desayuno nos prepara para empezar el día y ponernos en marcha para ir al cole. Es recomendable hacer un primer desayuno en casa y otro en la escuela.
- Consumir frutas y verduras frescas y de temporada, tanto en los platos principales, como postre o guarnición. Se recomienda tomar unas 5 raciones de frutas y verduras al día.
- El calcio nos ayuda a mantener los huesos fuertes, así que asegúrate de tomar a diario productos lácteos, como leche, yogur y quesos.
- Es importante consumir pescado de todos los tipos. El pescado constituye una fuente de proteínas de alta calidad, minerales, vitaminas y omega-3.
- Consume alimentos ricos en fibra como verduras, hortalizas, frutas, legumbres y productos integrales.
- Se debe limitar la ingesta de zumos envasados y de bebidas gaseosas, así como bollería, patatas chips, y “comida rápida”, etc... Éstos hay que reservarlos para ocasiones especiales, ya que tienen valor nutricional pobre.
- Las técnicas culinarias más adecuadas contienen poca grasa. Se puede cocinar al vapor, hervir, escalfar, al horno, a la papillote, a la plancha, a la brasa y a la parrilla.
- Tiene importancia lo que un niño come durante varios días, no lo que come en un día o en una comida.
- Se recomiendan que el tiempo de televisión no sea superior a 2 horas y no se vea por debajo de los 2 años.
- Es recomendable realizar una actividad física adecuada a la edad y a las posibilidades de cada niño. ¡El deporte es bueno para la salud
Los mejores hábitos alimenticios para universitarios
*Aplica también para aquellos que tengan jornadas con horarios variables
La mala alimentación acompaña a los jóvenes universitarios, pues según datos de la última Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia, uno de cada tres jóvenes entre 18 y 24 años no come frutas diariamente, cinco de cada 7 no consumen verduras y siete de cada diez incorporan comida de la calle en su alimentación diaria. Cifras que demuestran lo importante de promover principios básicos a la hora de comer y estilos de vida saludables que eviten enfermedades tan comunes entre los universitarios como la migraña o la gastritis.
Para tener una adecuada alimentación es importante alcanzar un equilibro calórico, es decir, lograr el mejor balance entre las calorías que se consumen y las calorías que se gastan en las funciones diarias del organismo, la actividad diaria y el ejercicio.
Muchas personas, especialmente los adultos que pasan de la etapa estudiantil en el colegio, luego a la Universidad y finalmente a trabajar, empiezan a tener desequilibrios calóricos por el consumo poco adecuado de los alimentos. Por eso, para garantizar un cuerpo saludable es importante incrementar la actividad física.
Comer es necesario para el funcionamiento del cuerpo. La comida es el combustible de las células de nuestros órganos para renovarse y para hacer su trabajo. Es lo que nos da energía para movernos, para pensar y para vivir. No se necesita comer mucho ni gastar en exceso, se debe comer mejor, sabiendo cómo debemos combinar la comida, qué porciones, qué es lo que nos nutre y lo que nos alimenta para estar sanos.